Hola, buenas les sean sus tardes-noches, o el sucedáneo compuesto que les sea más apropiado.
Esta es mi primera entrada, nada especial obviando ese detalle y la efusiva torpeza propia del novicio que procuraré solventar con el paso del tiempo; y siendo fieles a la verdad, sin darle ocupación en demasía.
Mi intención para con este post es descubrir, en caso de desconocimiento; o desvelar, en el caso de somero conocimiento parcial (cuándo un conocimiento no es parcial es un estupendo motivo de digresión) la que, en mi opinión y en la suya propia; se define como la "Abuela de la Performance".
Marina Abramović
Muchos se preguntarán: ¿como se autodesigna con título tal?, ¿qué entraña un título tal?, ¿qué entraña ser la progenitora de la "Performance"?, ¿Qué es la "Performance"?
Es pretensión de este artículo solventar dichas interpelaciones, más las que a mí me surgen al respecto, y de paso otras que pudiesen surgirles por el camino.
Antes de abordar la obra de Abramović, espero me permitan hacer una pequeña, pese a que densa, introducción hacia lo entendido por arte contemporáneo. Los que ya lo sepan, obvienlo, pues está tratado con cierta celeridad y falta de exactitud que precisaría un tema tan capital para los que pretendemos entenderlo.
Por todos es sabido que las artes contemporáneas se hallan en un estado de obscuridad y confusión alarmantes. Allá por donde se mire uno no hace más que ver artistas cargantes y egocéntricos, de acento gongorino y maneras de aspiración elevada y delicada. Si bien bajo un paladar acostumbrado e instruido en dichos aromas, uno puede paladear las mieles de algunos de ellos (más solo algunos); es hecho constatado que trabajan en un registro tan específico que les aísla de la comprensión general. Esto produce rechazo, muchas veces con razón; pues reiteran algunos de estos artistas la superioridad estética sobre obras de gusto popular y de corte más clásico (en cuyas críticas ha sido vilipendiada TODA la Historia del Arte), esgrimiendo argumentos como el sometimiento a una función no artística, la rigidez de métodos y demás.
De este colectivo (solo una pequeña fracción, pero sonada, del conjunto), existen críticas como ya he mencionado; pero también existen grandes admiraciones. Admiraciones por los románticos por su exacerbación de las emociones. Otros de los Ilustrados, por la sencillez y pulcritud de su estilo. Otros por los primitivos Africanos, por su espiritualidad y comprensión primordial. Tanto es así que se podría hablar que mientras los artistas en general han criticado vilmente todo lo anterior, también lo han admirado (los que unos no otros sí). Una generalización a ese respecto sería más un prejuicio que una norma.
El otro enfoque, y el que más compete a la generalidad; si es que de generalidades se puede hablar, es el que se opone con más o menos acierto a esos artistas que insisten en su superioridad estética. Lo que estos artistas articulan es una generalidad de los comunes como pudiera ser de los artistas. Hablan de forma(significante) y significado, de que los comunes se quedan en la forma y es lo que ratifican, por encima del significado (Dar más valor a la calidad técnica que a la calidad conceptual). Ciertamente este argumento se retroalimenta en el hecho de que cuando un artista formula un enunciado abstracto de cierta arrogancia, muchos son los que le achacan debido a la falta de calidad técnica (como ellos la entienden), en vez de hablar de su manera de emplear el significado (la calidad conceptual).
Unos atacan con un prejuicio, lo que a otros les justifica; y otros atacan a unos con otro prejuicio, lo que a los unos justifica (en resumidas cuentas).
Jackson Pollock: "Convergence"
Hay una ultima cuestión, que creo resulta fundamental a la hora de comparar con retrospectiva. Las obras y artistas de corte clásico que siguen con nosotros han sobrevivido a su época, donde otros tantos; menos afortunados o de menos "calidad" (la mayoría esto último) han quedado atrás. Lo que nos hace tener una amalgama de obras maestra, con la pátina de grandeza que exhalan voces por todas las épocas. Mientras, que lo que normalmente nos enfrentamos en el arte contemporáneo es un ejercicio de experimentación por parte de esas personas que aspiran a ser transmisores, del mismo modo que un poeta, o un novelista, o un anuncio. Buscan, lo que en fondo todo lo así llamado artístico persigue, remover algo en alguien (discutamos o no si lo hacen y/o de que manera).
Después de este intenso y aburrido soliloquio, procedo a lo que acontece:
Marina Abramović
Breve Contexto Personal
Marina Abramović (Belgrado, Yugoslavia; 30 de noviembre de 1946)
El abuelo de Marina Abramović fue un patriarca de la Iglesia Ortodoxa Serbia. Tras su muerte, fue proclamado santo, embalsamado, y colocado en Belgrado. Ambos padres fueron partisanos en la Segunda Guerra Mundial: su padre fue un comandante aclamado como héroe nacional después de la guerra; su madre Danica fue comandante en la armada, y a mediados de los sesenta fue Directora del Museo de la Revolución y Arte en Belgrado.
El padre de Abramović abandonó a la familia en 1964.
Abramović estudió en la Academia de Bellas Artes de Belgrado entre 1965 y 1970. Completó sus estudios de posgrado en la Academia de Bellas Artes de Zagreb,Croacia en 1972. Entre 1973 y 1975 enseñó en la Academia de Bellas Artes de Novi Sad, mientras preparaba su primera "performance" en solitario.
Primeras Obras: Su Presentación el Mundo
"Performance" entre comillas pues el término no estaba todavía acuñado, pero sus precursores, Marina misma y otros como Carolee Schneemann, Gilbert & George estaban empezando a acuñarlo.
Se entiende por Performance o Acción Artística a una actuación escénica donde se prima la improvisación y la provocación (o admiración) sobre una base de sentido estético (con la intención de una reflexión estética consiguiente).
La primera de sus célebres Performances es:
Ritmo 10, 1973
En su primera performance exploró elementos de rituales y gestos (aspectos primitivos y fundamentales humanos). Usando veinte cuchillos y dos grabadoras, la artista ejecutó el juego ruso de dar golpes rítmicos de cuchillo entre los dedos abiertos de su mano. Cada vez que se cortaba, tomaba un nuevo cuchillo y grababa la operación.
Después de cortarse veinte veces, reproducía la cinta, escuchaba los sonidos y trataba de repetir los mismos movimientos y errores, uniendo de esta forma el pasado y el presente.
Rythm 10, 1973
Con este trabajo, Abramović comenzó a considerar el estado de conciencia del artista.
Ritmo 5, 1974
En esta performance, Abramovic intentó reevocar la energía del dolor corporal extremo, en este caso usando una gran estrella mojada en petróleo, la cual es encendida al comienzo de la actuación. Parada fuera de la estrella, Abramović corta sus uñas, las de los pies y su cabello. Cuando termina con todo, lanza los recortes a las llamas haciendo cada vez un estallido de luces.
En el acto final de purificación, Abramović saltó al centro de las llamas, cayendo en el centro de la estrella. Debido a la luz y el humo del fuego, el público no notó esto, y la artista perdió el conocimiento por la falta de aire. Algunas personas de la audiencia se dieron cuenta de lo ocurrido sólo cuando el fuego se acercó demasiado al cuerpo que permanecía inerte. Un doctor y varios miembros de la audiencia intervinieron y la sacaron inconsciente.
Ritmo 2, 1974
Como una experimento para probar si un estado de inconsciencia puede ser incorporado en una performance, Abramović desarrolló una en dos partes.
En la primera parte, ella tomó una píldora que se utiliza para la catatonia. Estando completamente sano, el cuerpo de Abramović reaccionó violentamente a la droga, experimentando ataques y movimientos involuntarios. Mientras perdía el control de los movimientos de su cuerpo, su mente estaba lúcida y observaba todo lo que ocurría.
Diez minutos después que los efectos de la droga pasaran, Abramović tomó otra píldora (utilizada por personas depresivas y violentas) la cual da como resultado una inmovilización general. Físicamente ella se encontraba presente, pero mentalmente no. Este proyecto fue uno de los primeros componentes de sus exploraciones de la conexión entre cuerpo y mente, exploraciones que más tarde la llevaron al Tíbet y al desierto de Australia.
Ritmo 0, 1974
Para probar los límites de la relación entre el artista y el público, Abramović desarrolló una de sus performances mas exigentes (y la más conocida). En ella adoptaba un rol pasivo, mientras el público la forzaba a realizar la actuación.
Colocó sobre una mesa 72 objetos que la gente le permitiera usar en la forma que ellos eligieran. Algunos de estos objetos podían dar placer, mientras otros podían infligir dolor o incluso dañarla. Entre ellos había tijeras, un cuchillo, un látigo, una pistola y una bala. Durante seis horas la artista permitió a los miembros de la audiencia manipular su cuerpo y sus acciones.
Inicialmente, la audiencia reaccionó con precaución y pudor, pero a medida que pasaba el tiempo (y la artista permanecía impasible) mucha gente empezó a actuar muy agresivamente.
La Performance habla acerca de lo mucho que nos afecta (y hasta cierto punto cohíbe) la respuesta en las personas, y de cómo la naturaleza humana trata a lo que no la tiene (y en este caso debería tenerla). Habla de desprecio al ajeno, de la tiranía, de la dominación y del sentido de la superioridad.
Esta fue la más notable de sus primeras obras en la Performance, llegando a convertirse en su lenguaje artístico más característico y sentando las bases a una escuela que la prolongaría.
Marina al Final de la Performance |
Trabajos con Ulay (Uwe Laysiepen)
Marina y Ulay
Después de mudarse a Ámsterdam (1976), Abramović conoció al artista de performance germano-occidental Uwe Laysiepen quien usaba el nombre de Ulay.
Cuando Abramović y Ulay comenzaron su colaboración, los conceptos principales que exploraron fueron el ego y la identidad artística. Este fue el comienzo de una década de trabajo colaborativo. Ambos artistas estaban interesados en las tradiciones de sus patrimonios culturales y el deseo del individuo por los ritos. En consecuencia, decidieron formar un colectivo al que llamaron The Other (El Otro). Se vistieron y se comportaron como gemelos, y crearon una relación de completa confianza entre otras muchas cosas.
Algunas muestras de sus trabajos son:
The Other: "Rest Energy"
The Other: "Light/Dark"
Idearon una serie de trabajos en que sus cuerpos creaban espacios adicionales para la interacción con la audiencia. En Relation in Space (Relación en el espacio) corrían alrededor de la sala, dos cuerpos como dos planetas, mezclando las energías masculinas y femeninas en un tercer componente al que llamaron "that self" (eso mismo). Relation in Movement (Relación en Movimiento, 1976) tenía a la pareja conduciendo su automóvil dentro de un museo dando 365 vueltas, un líquido negro salía del automóvil formando una especie de escultura, y cada vuelta representaba un año.
The Other: "Imponderabilia"
Después de esto, idearon Death self (La muerte misma), en la cual ambos unían sus labios e inspiraban el aire expelido por el otro hasta agotar todo el oxígeno disponible. Exactamente 17 minutos después del inicio de la performance ambos cayeron al piso inconscientes, ya que sus pulmones se llenaron de dióxido de carbono. Esta pieza exploró la idea de la habilidad del individuo de absorber la vida de otra persona, cambiándola y destruyéndola.
The Other: "Death Self"
En 1988, luego de varios años de tensa relación, Abramović y Ulay decidieron hacer un viaje espiritual el que daría fin a su relación. Ambos caminarían por la Gran Muralla China, comenzando cada uno por los extremos opuestos y encontrándose en el centro. Abramović concibió esta caminata en un sueño, y le proporcionó lo que para ella era un fin apropiado y romántico a una relación llena de misticismo, energía y atracción.
Fragmento del Documental "The Artist is Present"
La Despedida en la Gran Muralla
Seven Easy Pieces
"Body Pressure" |
En 2005, Abramović comenzó a presentar en el Museo Guggenheim (NY) Seven Easy Pieces (Siete piezas fáciles). En siete noches consecutivas recreó los trabajos de artistas pioneros de la performance en los años 60 y 70, además de dos obras propias.
- Body Pressure, de Bruce Nauman (1974).
- Seedbed, de Vito Acconci (1972).
- Action Pants: Genital Panic, de Valie Export (1969).
- The Conditioning, de Gina Pane (1973).
- How to Explain Pictures to a Dead Hare, de Joseph Beuys (1965).
- Lips of Thomas, de Abramović (1975).
- Entering the Other Side, de Abramović (2005).
"Action Pants: Genital Panic" |
Los últimos acontecimientos:
El Artista Está Presente
El 14 de marzo de 2010 se inauguró en el MoMa una gran retrospectiva de su obra, que incluyó registros en vídeo desde la década del 70, fotografías y documentos, una instalación cronológica con la recreación por actores de acciones realizadas previamente por la artista y la presentación performática más extensa realizada por Abramović, 716 horas y media sentada inmóvil frente a una mesa en el atrio del museo, donde los espectadores eran invitados por turno a sentarse enfrente, a compartir la presencia de la artista.
"The Artist is Present"
Después de 30 años sin verse, ese fue el reencuentro de Marina y Ulay.
La exhibición fue acompañada por un catálogo ilustrado que incluye registro de audio en la voz de la artista guiando al espectador.
En 2013 fue estrenado el documental "La artista está presente", dirigido por Matthew Akers, el mismo fue nominado a Mejor Documental en el Independent Spirit Awards 2013, integró la selección oficial del Festival de Cine de Sundance2012 y recibió el Premio del Público al Mejor Documental, Sección Panorama, en el Festival de Cine de Berlín 2012
Matthew Akers "The Artist is Present" Trailer
Y ésta ha sido mi aportación a la que considero una gran artista, aunque extraña a su manera.
Espero que les haya gustado y pudiese ser, que a alguno disfrutado; de este pequeño viaje.
Si da la casualidad, de que después de este torrente (mejor dicho riachuelo) de información, se queda con las ganas (aparte de Buscar el comentado "The Artist is Present" de Matthew Akers, aquí les dejo una joyita del internet: el Documental "María Abramović - The Star"
Pese a lo terrible de la calidad y el idioma, espero que lo disfruten:
Pero, ¿qué es el arte?
ResponderEliminarPor otro lado no entiendo bien cuando dices "Con este trabajo, Abramović comenzó a considerar el estado de conciencia del artista", cuando hablas de ritmo 10.
Creo que el nombre de los ritmos viene indicado por el número de elementos que entran en acción, concebidos de manera algo abstracta en ocasiones, esto es: Ritmo 10 (diez cuchillos), ritmo 5 (estrella de cinco puntas), ritmo 2 (dos pastillas, ritmo 0 (ni puta idea). Que me corrijan si me equivoco.
ResponderEliminarEn lo personal, suelo ser incapaz, ya no de comprender, si no de disfrutar ya sean perfomance, como cuadros, como esculturas o lo que sea de artistas contemporáneos. Es superior a mis fuerzas. Y a no ser que el objetivo de sus obras sean producirme la más absoluta indiferencia o, en determinadas ocasiones, cierto asco (lo cuál dudo), siempre las consideraré obras fallidas por carecer de total relevancia tanto artística como científica como visual o lo que sea. Hablando siempre desde mi punto de vista.
Casualmente lo primero que vi de Abramovic fue su última obra, concretamente el fragmento en el que se reencuentra con Ulay. Bien, puedo llegar a entender que parezca emotivo a ciertas personas, lo que no puedo llegar a entender es que esa performance se considere un éxito porque un minuto de las 716 horas y media que duró la exposición tuviera cierto sentido e incluso transmitiera un mensaje.
Que será que no lo entiendo, pero joder, nadie sabe explicármelo de manera convincente. Siento parecer tan hostil, podéis contestarme libremente con improperios si queréis.
Bueno, ya termino, que tengo que irme a la peluquería a reevocarme el dolor corporal extremo.
El post cojonudo y muy ilustrativo, eso sí.
EliminarKartman, y una mierda no disfrutas del arte contemporáneo... No disfrutarás de "cierto arte contemporáneo" (frente al cual muchos se muestran escépticos), pero no creo que seas inmune a él, al menos en su totalidad.
ResponderEliminarPara mí el problema es que la mayoría de nosotros hemos pasado de considerar el arte (me refiero a pintura, escultura...) como ejemplo de virtuosismo técnico y belleza (el objeto bonito, la pieza bien hecha), a otras vías que apuestan por la exploración más heterogénea, persiguen objetivos completamente distintos; un arte en el que reinan las muletas conceptuales e intelectuales, así como la interdisciplinariedad, la provocación (gratuita o no)... Y a muchos nos cuesta entender ese giro o acoger "nuevas propuestas". Aunque no olvidemos que esa novedad que no entendemos (y de ahí las comillas) es relativa: el dadaísmo nace en los años 20 y no dista demasiado de obras hoy apellidadas "esto lo hago yo con la polla" o "lo ha hecho mi sobri de cinco años".
¿Opinión personal? Algunas cosas me las creo, con otras alucino, a veces me siento estafada, alguna que otra maravillada... Y así, voy reconstruyendo mi discurso sobre el tema, que espero que nunca sea unidireccional: no hay que dar alas al prejuicio, no?
PD: muy completo el artículo. A mí la Abramovic no me gusta mucho (aunque tiene cosejas), pero ORLAN sí que me trajo de cabeza una temporada (imagino que la conocerás, pero por si acaso: http://elbauldejosete.wordpress.com/2009/11/08/orlan-arte-o-locura/)
He dicho que SUELO ser incapaz. Hay ciertas obras contemporáneas (de cualquier ámbito artístico) que sí que me gustan. El problema es que las cosas que veo tampoco me suscitan ningún interés en seguir indagando en este arte. Cuando viene alguien, por ejemplo en este artículo, y te dice que tal artista es uno de los mejores en lo que hace y después de ver su obra te quedas igual que estabas, lo último que te apetece es investigar sobre artistas más underground.
EliminarNo le quito mérito a lo que hace, simplemente digo que no comulgo ni con el significante ni con el significado, el cuál casi nunca logro siquiera a discernir. Por lo menos hablando de ello en general. Tengo que ver 100 obras para dar con una que me gusta y eso me mosquea y, sobre todo, me aburre. Sé que los prejuicios son malos y siempre que he visto alguna obra de esta índole he estado lo más receptivo posible, pero son ínfimas las ocasiones en las que he salido, ya no contento, si no por lo menos sin echar pestes en mi cabeza sobre lo que he visto.
Esto me recuerda al debate que manteníamos de vez en cuando sobre "2001: Odisea en el espacio". Es una película que no es para mí, la he visto un par de veces en distintos periodos de mi vida y en ninguna de ellas me ha producido el más mínimo asombro fuera de lo referente al apartado técnico. A lo mejor llego a los 80 años y vuelvo a verla y me fustigo por lo ciego que he estado todo este tiempo, pero de momento no quiero y posiblemente sea incapaz de volver a verla entera.
Con todo esto me pasa un poco lo mismo, quizás en lo referente a cine o música contemporáneos encuentre una mayor facilidad para acercarme, pero las performance, los cuadros y las distintas exposiciones me repelen. Al menos por el momento, quién sabe si acabaré encontrando a mi Orlan particular.
Entiendo tu opinión, que es mayoritaria, acerca de que puede no suscitarte ningún interés; nadie te reprochará que si no te suscita, no indagues. Pero es importante entender que hace a la hora de valorarlo (más aún juzgarlo), pese a que no se comparta o incluso se difiera.
EliminarCierto es que muchos artistas pecan de presuntuosos, dorando la píldora al modo de Traje del Emperador; purgando opiniones con la prerrogativa de que: si no lo entiende, no tienes sensibilidad (o sentido, algunos dirían) artístico.
Mucho arte en sí carece de sentido (como el ya citado Dadaismo), pero personalmente creo que la Obra de Arbamovic no peca de falta de sentido, si eso peca de obscuridad (que por otra parte, todo lo nuevo peca de ello en el altar de la ortodoxia)
¿Cómo vas a comulgar con el significante y significado si no lo consigues discernir? (te estoy tomando el pelo, pero era demasiado tentador entrar por ahí xD)
Como comente en el artículo, estamos acostumbrados a ver grandes obras, lo que hace que juzguemos todo con el mismo criterio (perfectamente loable, por otra parte). Y es muy cierto que la mayoría de los artistas contemporáneos no llegarán a ser Rembrandts ni Tintorettos en la historia del arte, pero eso no es prerrogativa para no disfrutar de ellos; igual que podemos disfrutar del arte africano (con bastantes aspectos formales similares al cubismo). Cierto es que puede no exultarnos, pero si deleitarnos.
También es una cuestión de gusto y criterio, que se puede adquirir, ya poseer, o configurar (siempre de una manera "imcopleta", cabría decir).
Comentas acerca de que con el cine y con la música tienes facilidad,a lo que te lanzo una pregunta: ¿Qué consumes más, cine, música, pintura, escultura, dibujo, performance, teatro, ensayo o poesía?
Todas estas artes, y las otras muchas que me faltan por mentar (más por no alargarme[más] que por deseo de no honrar en mención) participan de las mismas bases de conceptualidad, expresión y recepción. Si bien con los conocimientos sobre unas podemos evaluar con más acierto otras (cuanto más similares, mejor), otras se nos quedan distantes.
Que no quita que haya más malo que bueno, o mejor dicho; más mediocre que exaltado.
Solo tu sabes si el que no te agrade (con toda loabilidad, y con mi desacuerdo) es una cuestión de criterio o de gusto. :)
Es imaginarte diciendo en voz alta "quién sabe si acabaré encontrando a mi Orlán particular" y me desorino BRUTALMENTE.
ResponderEliminarDicho esto, entiendo lo que dices; a mí conectar con muchas obras de artistas contemporáneos me cuesta un mundo (y eso si lo consigo). Y volviendo al debate 2001, y a pesar de que te mereces un collejón de Edgar, te comprendo muy mucho hamijo. Y voy a aprovechar esos lazos de comprensión para anunciar una vez más que, aunque no es un clásico (aún,) a mí Wall-E me parece una soberana mierda, a pesar de las montañas de panegíricos vertidas sobre ella.
Eso no ha sido random ni nada, eh?
Jajajajaja, una Orlan no creo, porque mira que me ha dado asco lo que he visto (sobreentiende que no tenía ni idea de quién era):
Eliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=7qeW-fTFBGE
No sé, lo mismo tiene cosas interesantes, pero si lo primero con lo que me topo es con ésto se me quitan las ganas de averiguarlo.
Estoy abierto a recomendaciones de todos modos...
PD: http://3.bp.blogspot.com/-SJxYEXtt2Ds/T5GdfODNVYI/AAAAAAAAA5E/TT0kfpqyhnE/s1600/Wall-E.jpg
Que sepáis que me he leído tanto el artículo como todos vuestros concienzudos comentarios. No puedo decir lo mismo, sin embargo, de los vídeos de la pobre Abramovic ya que, tras verme algunos de ellos y sentir lo mismo que Kartman, he decidido dedicar mi tiempo a cosas que me hagan sentir. Ni más feliz ni más triste, simplemente que me susciten algo.
ResponderEliminarPersonalmente, no considero Arte las performances. Así de duro suena. Para entenderme conmigo mismo, he decidido poner unas cotas, unos límites, al término "Arte". Creo que el Arte debe tener parte "manual" y parte "intelectual o conceptual". Lo que únicamente es parte manual es -y muy loablemente- Artesanía. Lo que únicamente tiene parte intelectual es... otra cosa. Llamadlo performances, filosofía (o más comúnmente pseudofilosofía), psicología, o como queráis. No es mi guerra ponerle nombre. (La música, que siempre salta alguien recriminándomelo, tiene MUCHO de manual).
Creo que los conceptos no significan nada si cabe todo en ellos. Imaginad que comenzamos a llamar "mesas" a las mesas, a las sillas, a las cajas, a los coches, a los teléfonos... Al final no sabríamos a qué demonios nos referimos cuando alguien venga y nos hable de una "mesa". Lo mismo, con su clara distancia, pasa con el Arte. Así que yo, por mi parte, no puedo dejar que se me escape entre los dedos. Que para algo lo he estudiado durante cinco años, diablos.
Dicho esto, solo cabe destacar mi frecuente indiferencia, mi oculto desprecio y mi rechazo casi total a esta parte del "Arte Contemporáneo". Tengo la sensación, y que me perdone la señorita Abramovic y sus seguidores, de que eso lo podría hacer cualquiera. No veo en ello nada de genialidad. De hecho, muchas de las cosas que presenta en sus performances en ocasiones son las mismas que hacen los borrachos o los locos de forma improvisada. Esas son las que me gustan. Las frescas, verdaderas, originales.
Qué le vamos a hacer, soy hombre de piedras, pinturas y templos, en lo que al Arte se refiere.
A parte de ello, está muy bien el artículo, sobre todo me ha gustado la digresión en torno al Arte Contemporáneo del principio...
Amigo, tengo que saltar y no lo siento.
EliminarLa música tiene tanto de manual como de intelectual (si es que es válido el término intelectual). Aún así sigo sin saber si es arte.
Por otro lado muy de acuerdo con, y cito, "De hecho, muchas de las cosas que presenta en sus performances en ocasiones son las mismas que hacen los borrachos o los locos de forma improvisada. Esas son las que me gustan. Las frescas, verdaderas, originales."
Gracias por comentar.
Sí sí, la música tiene mucho de manual y, lo daba por supuesto, de intelectual. Por eso creo que la música es arte.
Eliminar¡Un saludo!
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