martes, 26 de agosto de 2014

La gran belleza (2013) Paolo Sorrentino

2013
Paolo Sorrentino 



Roma puede ser el lugar perfecto para definir el concepto de presuntuoso. La ciudad donde alrededor de lo clásico se engendra una atmósfera de vanidad y decadencia. Este reflejo de Sorrentino acerca de la nobleza nos deja con distintos puntos de vista desde diferentes perspectivas. En mi opinión crea un paralelismo entre artista y arte: artista pedante y soberbio ante un arte vanguardista, de todos modos interesante, pero creado por unos personajes que no ofrecen la más mínima empatía.



Jep Gambardella, interpretado por Toni Servillo, es el eje de la historia, el punto de reunión de todos y cada uno de los presuntuosos personajes de alta cuna. Gambardella es un gran escritor pero el cual ha perdido la motivación, incapaz de encontrar su musa. Dedicado al periodismo crea un ambiente a través de su persona mediante el cual desarrolla la historia. Van apareciendo un personaje detrás de otro como si de un plano secuencia se tratase, a veces da la impresión de estar viendo CSI o capítulos sueltos de House. Sorrentino, alma máter del raccord de La gran belleza, tenía muchas cosas que contar y  criticar.

La película la interpreto como una sátira ante la sociedad de las apariencias, y cómo dije antes, ¡Qué mejor que Roma para mostrar esto! Podemos ver a través de la frustración del protagonista la incomprensión de personajes, la depresión, incluso el suicidio. Gambardella actúa de narrador presente, sin embargo, tiene una conciencia de narrador omnisciente, es capaz de ver por encima de todos los problema de los demás, analizarlos y por qué no, juzgarlos. Es periodista y entrevistador, capaz de identificar la personalidad y poder ver más allá de lo que ofrecen una simple mirada.

No voy a desmenuzar cada uno de los episodios que componen la película y por los que va transcurriendo Jep, tan sólo voy a mencionar 3 de ellos que me parecieron por encima de los demás: La escena completa de la fiesta del inicio, una secuencia en la que aún no conocemos a los personajes pero que ya podemos atisbar la complejidad de su comportamiento. Necesitan más, necesitan sentirse aceptados, por eso su actitud altiva que tan solo lleva a su contrapunto, un resultado depresivo. La segunda escena es una crítica al arte de las performance, inexplicable, ¿bello? Juzguen ustedes.
Por último, la crítica más directa en la reunión entre todos los personajes, Jep Gambardella sin tapujos abronca a una amiga de la alta nobleza, que justifica su vida para demostrar todos sus éxitos. Dime de qué presumes y te diré de lo que careces. A veces no hay mejor manera de explicar las cosas que con un simple refrán.

Podemos hablar de drama con cierta comedia bien realizado, o de comedia con grandes tintes de drama. Más bien el drama lo encontrarán aquellos que se sientan identificados. Reafirma ciertas ideas que tengo preconcebidas acerca de la cultura esnob, los artistas presuntuosos y aquellos que miran por encima del hombro. Sin embargo, no ridiculiza al arte. Lo muestra bello, el arte no deja de mostrar un sentimiento o una intención del autor, el arte no deja de ser arte por una actitud deplorable. Sin embargo, el arte puede ser arte desde la misma altura desde la que se ve en un museo.

¿Puede ser que el arte ya no esté a la misma altura que los espectadores? ¿Acaso hay otro arte?

Gambardella lo tiene claro, sigue buscando La gran belleza. 

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