Bodas de sangre.
Federico García Lorca.
"¿Tú me ves a mí? ¿No te parezco loca? Pues es loca de no haber gritado todo lo que mi pecho necesita."
A la espera de hincarle el diente a "Metro 2033" decidí hace unos días que lo mejor sería leer un libro corto para matar el tiempo hasta que el mencionado anteriormente cayese en mis garras. Ni si quiera tenía ganas de ir a buscar a la biblioteca de al lado de mi casa, que curiosamente se llama Federico García Lorca, así que busqué en las estanterías de mi hogar fijándome más en la finura del libro que en su título. Al fin di con uno que se ajustaba a mis Necesidades Específicas Especiales. Es el libro que tratamos hoy en el marcapáginas.
Nacido en la Andalucía rural Lorca bebe desde muy pequeño del ambiente trágico de los pueblos, las costumbres, los juegos, la vida de los gitanos, etc. Es por esto, y gracias a su talento y delicadeza para describir hasta las más rudas escenas, que Bodas de sangre se convierte casi desde el principio en una historia muy cercana al lector. Lorca sabe presentar una historia lejana de tal manera que los sentimientos de los personajes afecten casi directamente quienquiera que la esté leyendo y tenga un mínimo de sensibilidad.
Bodas de sangre es teatro en clave de venganza, sangre derramada hace tiempo y sangre que ha de derramarse. Rencores familiares y amor se aúnan para dar paso a ese viejo tópico literario que a muchos nos suena porque no paraban de repetirlo en el instituto: la razón contra el corazón.
La historia gira en torno a un enlace matrimonial y sus preparativos que se ven enturbiados por los macabros acontecimientos que tuvieron lugar en un pasado muy reciente para algunos y muy distante para otros. Años antes el padre del Novio fue acuchillado en la calle por la familia de los Félix, parientes próximos de Leonardo. Éste mantuvo un breve escarceo amoroso con la Novia antes de casarse con la prima de la misma... pero Leonardo nunca se olvidó de la Novia.
Un culebrón en toda regla al que, como habréis podido observar, no le falta de nada: muerte, ansias de venganza, amores, desamores, ambiente rural, etc. Pues bien, si a alguien se le están quitando las ganas de seguir leyendo esto tras haber visto la palabra "culebrón" yo le insto a que no lo haga, ya que la manera en la que es llevada a cabo la historia, tanto la actual como la pasada, es aboslutamente magnífica y muy atrapante. El personaje de la Madre se encarga de ir desenterrando poco a poco con sus recuerdos la tragedia ocurrida años antes. Lorca prepara al lector a través de este personaje durante toda la obra para lo que será un acto final apoteósico y marcado por el determinismo familiar y el destino.
En definitiva: una lectura que en un principio tenía como objetivo matar el tiempo se convirtió en una pequeña joya de fácil degustación pero cargada hasta arriba de simbolismo.
Para finalizar:
-Lo mejor: la tragedia final que se huele desde las primeras líneas; la capacidad de la historia para atraparte; que no deja de ser una historia de rencores y venganzas; lo místico de la Luna y la Mendiga en el último acto.
-Lo peor: no haber tenido la ocasión de verla representada. Pero caerá.
Bodas de sangre - Pata negra.
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