lunes, 17 de junio de 2013

Extrañas circunstancias

Un gran destello de luz. Es lo que los ojos sin vida de Alex reflejaron en el momento en el que el dedo índice del forense apretó el accionador de su DSLR. Cuando aún ardía en ellos la llama de la vida, una sola mirada podía cautivar a cualquiera que se cruzase con ella, sin embargo ahora, fijos, con una inmensa pupíla estrechando el íris, se habian convertido en una imagen bastante estremecedora.


No había sangre, era eso por lo que, quizás todo el equipo de investigadores que estaba en la zona estaba tan nervioso. Numerosos testigos coincidian en que habían visto a un hombre, de aproximadamente un metro ochenta, con gabardina de cuero, disparar varias veces una pistola de gran calibre (algunos señalaban que era una magnum) contra el difunto.


- No tiene sentido – dijo al fin el forense jefe, rompiendo el silencio – . El cuerpo presenta todos los sintomas de haber sido cosido a balazos; varias costillas rotas e indicios de shock hipovolémico, pero no hay orificios de entrada o salida, no hay sangre... Simplemente no tiene sentido.


Lo siguiente que se oyó en la sala fue el sonido de una cremallera, la de la bolsa mortuoria, que protegería el cadáver hasta su llegada a la morgue, donde los forenses esperaban poder encontrar alguna explicación a las extrañas condiciones del cuerpo.


Cuando el transporte forense llegó a la morgue y abrieron las puertas del maletero para llevar el cadáver a la sala de autopsias, una fuerte corriente de aire sorprendió a Verónica, estudiante de ciencias forenses en prácticas. Cual fue su sorpresa al descubrir que, el aire había entrado con fuerza dentro del transporte y había agitado con fuerza la bolsa mortuoria que, a todas luces parecía encontrarse vacía.


Verónica comprobó rápidamente, cuidándose de preservar la escena, que no había cuerpo por ninguna parte dejando para el final la inspección de la bolsa. Fue en el momento de comenzar a abrir la cremallera cuando le vino a la mente una imagen de cuando estaba cerrándola en la escena del crimen.


- Que ojos tan bellos – había pensado-. Podrían cautivar a cualquiera con una sola mirada...

No hay comentarios:

Publicar un comentario