Un gran destello de luz. Es lo que los ojos sin vida
de Alex reflejaron en el momento en el que el dedo índice del
forense apretó el accionador de su DSLR. Cuando aún ardía en ellos
la llama de la vida, una sola mirada podía cautivar a cualquiera que
se cruzase con ella, sin embargo ahora, fijos, con una inmensa pupíla
estrechando el íris, se habian convertido en una imagen bastante
estremecedora.
No había sangre, era eso por lo que, quizás todo
el equipo de investigadores que estaba en la zona estaba tan
nervioso. Numerosos testigos coincidian en que habían visto a un
hombre, de aproximadamente un metro ochenta, con gabardina de cuero,
disparar varias veces una pistola de gran calibre (algunos señalaban
que era una magnum) contra el difunto.
- No tiene sentido – dijo al fin el forense jefe,
rompiendo el silencio – . El cuerpo presenta todos los sintomas de
haber sido cosido a balazos; varias costillas rotas e indicios de
shock hipovolémico, pero no hay orificios de entrada o salida, no
hay sangre... Simplemente no tiene sentido.
Lo
siguiente que se oyó en la sala fue el sonido de una cremallera, la
de la bolsa mortuoria, que protegería el cadáver hasta su llegada a
la morgue, donde los forenses esperaban poder encontrar alguna
explicación a las extrañas condiciones del cuerpo.
Cuando
el transporte forense llegó a la morgue y abrieron las puertas del
maletero para llevar el cadáver a la sala de autopsias, una fuerte
corriente de aire sorprendió a Verónica, estudiante de ciencias
forenses en prácticas. Cual fue su sorpresa al descubrir que, el
aire había entrado con fuerza dentro del transporte y había agitado
con fuerza la bolsa mortuoria que, a todas luces parecía encontrarse
vacía.
Verónica
comprobó rápidamente, cuidándose de preservar la escena, que no
había cuerpo por ninguna parte dejando para el final la inspección
de la bolsa. Fue en el momento de comenzar a abrir la cremallera
cuando le vino a la mente una imagen de cuando estaba cerrándola en
la escena del crimen.
-
Que ojos tan bellos – había pensado-. Podrían cautivar a
cualquiera con una sola mirada...
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